martes, 15 de noviembre de 2011

LA PEOR EXPERIENCIA SEXUAL

Para todo aquel que quiere saber qué no hacer. Este es un recuento de los peores momentos sexuales que podremos recordar, cosas que a nadie le gustaría experimentar o que muchos quisieran eliminar de su repertorio. Tal vez sean un conjunto de las cosas que se deben evitar a la hora de tener relaciones sexuales. ¡Presta mucha atención!

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Si dos mujeres cuchichean y paran bruscamente cuando te acercas... Es sin duda que hablan de sexo.
!Y si una de ellas es tu mujer, seguro que hablan de ti! -Arthur Miller

Se habían conocido hace poco tiempo pero el alcohol liberó ciertas pasiones. Entraron a un hotel miraflorino. Él se quitó el polo y para su sorpresa, tenía un tatuaje. Ella era una amante de los tatuajes. Los tatuajes pueden ser muy excitantes. Sin embargo, este era el tatuaje de un dibujo animado. Pensó: "un chico con un tatuaje así es un pavo o... bueno, es un pavo". Ya estaban ahí, así que tenían que aprovechar la oportunidad. El siguiente paso fue descubrir su pequeño pene, el cual cubrió con un gran condón. Por primera vez, ella veía que un condón era más grande que el miembro. Seguía decepcionada. Lo trató de introducir de la mejor manera, a los segundos terminó. Él se incorporó, a lo que ella notó algo interesante: "¿Dónde está el condón?", le preguntó. No estaba el condón, por lo que dedujo: "Está adentro, ¡¡¡sácado!!!". Cual ginecólogo fue a bucear por el bendito condón perdido. Al poco rato se le pasó la borrachera y, molesta por todo el incidente, las pobres entrañas de la muchacha empezaron a revolotear. Fue al baño a botar todo lo malo de esa noche (incluyendo el licor). Él gritó: "¿Estás bien?" a lo que ella dijo: "No, lárgate".

Volvió a ir a su trabajo y ante la vista de todos, sacaba libros de pintura los leía y le coqueteaba. Mientras él deseaba que se fuera o que, al menos, ordenase el caos creado. Ella estaba convencida que él la deseaba, como resultado de su magnetismo sexual, pero no era así. Fue en Jesús María que, entre sombras, no pudo seguir penetrándola. Apestaba tan fuerte y jadeaba como una vaca -si es que las vacas jadean- se descontralaba, se creía una femme fatal y sus olores volvían a ser penetrantes. Esto le hacía sentir un leve mareo y más a él. No quería besarla, ni tocarla, menos olerla. Prefirío desviar la atención e ir a probar un trago.

Ella era una chiquilla curiosa y él un gran experimentado. Sin embargo no había manera de adivinar que el vino la dopaba. Después de un par de vasos se revolcaron en su cama con miedo a que la madre los pueda escuchar al otro lado de la pared. No debían hacer mucho ruido y entre tanta oscuridad ella se quedó dormida. Él la despertó, pero ingrata fue su sorpresa al ella preguntarle: "¿Qué haces?", cuando aún la penetraba.


Existen miles de historias de gozo y placer pero muy pocos suelen contar los relatos desafortunados. Como cuando le dijiste: "Sigue, sigue" y no siguió o cuando te mordió con mucha fuerza y te hizo ver a Judas calato (no exactamente el calato que hubieras preferido ver). Aquellos olores, circunstancias o sensaciones que te hicieron perder olímpicamente la concentración y que puede que te haya fastidiado en el momento pero ahora lo cuentas con mucha gracia y diversión.

Creemos que esto será un gran ejercicio para saber qué no hacer y cómo podemos evitar que seas la burla de sus amigas en alguna reunión o blog (como este, claro )

¿Cuál fue tu peor experiencia sexual?

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