martes, 15 de noviembre de 2011

¡ EN LA CAMA , NO !

El sexo nos gusta y solemos esperarlo -o buscarlo- con ansias. Es delicioso repetir y repetir hasta quedar cohesionados en aquel sudor caliente y entrecortado. Pero la costumbre es mala consejera y, a veces, nos lleva a repetir jugadas y escenarios, quitándole misterio a los encuentros. Hacerlo en lugares poco comunes siempre será un excitante desafío y, para algunos, una droga que alimente sus ansias. Cuéntanos, ¿cuál es el lugar más extraño en donde has tenido sexo?


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Me gustaría escribir sobre tu piel palabras que aún no han sido inventadas.
Eran las 6:20pm y estaba de espaldas al precipicio. Su único mareo lo provocaba el éxtasis de esa estupenda lengua. El sol todavía no se ponía y él la poseía frente al mar, gracias a la gran roca que tapaba, una vez más, sus coitos cotidianos y gratuitos. Ahí, al borde del precipicio, en donde penetraba más que la humedad de una chiquilla. Ahí, en donde era dueño del mundo. Eso...hasta que se llevaron la piedra.

Como él, casi todos hemos tenido momentos calientes. Mismos que pueden haberse iniciado en los camerinos del colegio, la casa de la enamorada (con los padres en el cuarto de al lado), la oscuridad de un apagón o en pleno retiro de confirmación. En realidad, el deseo nos atrapa en los lugares menos pensados y suele llevarnos a hacer deliciosas 'locuras'.


Pero estos ejemplos son más de 'chiquititud', de adolescencia y poca plata. ¿Qué pasa con aquellos que disfrutan del peligro? Más de uno siente un poder inmenso, acompañado de gran excitación, al tener sexo en lugares más silvestres que la cama o el sofá. Pasear por la calle tocándose, calculando el momento para no dejarse ver, estrellando sus deseos entre las plantas o tejiendo su calentura en el baño de un bar.

Y es que cuando se disfruta esto, será inevitable repetir. En ese sentido, sabemos que hay puntos a tener muy en cuenta.

El peligro es delicioso. El miedo a ser encontrado es, a veces, más excitante que el acto en sí. Muchas personas no llegan al orgasmo si no es en un lugar "peligroso". La sola posibilidad de ser observado o 'atrapado' por alguien, en el acto, influye en la excitación. Sentirse la estrella de tu propia película porno hace que tus movimientos se vuelvan más provocadores y que intentes nuevas cosas, debido a esa confianza, a ese nuevo poder que has hecho tuyo. Ya no están pensando en Rocco o Belladonna, ahora tú eres la estrella.


Al telo no voy. Generalmente uno es más creativo cuando se es joven dado que no tiene un lugar propio donde consumar. Los hoteles son la respuesta correcta para ese momento íntimo que tanto deseas. Sin embargo hay muchos factores que pueden ir en contra, como los aullidos de los otros inquilinos quienes nos acompañarán en el coro de gritos orgásmicos, la higiene del lugar o el roche de ser visto entrando a un hotel (y saliendo).


Estrenando la casa. Es una especie de ritual entre los recién casados o convivientes. La pasión de los amantes se descontrola por todas las habitaciones. La sala es un lugar acogedor, se duchan juntos provocando un 'rapidín', en la cocina como quien juega a la mucama, etc. Ya no hay ataduras ni vergüenzas, el lugar es suyo para todas las travesuras que quieran.


Que no nos escuchen. Hablando de lugares en la propia casa, es muy común que de muchachos se nos haya calentado la cabeza con la familia en la otra habitación. Pero es que las ganas pueden más que la razón. Planeas estratégicamente el momento indicado y, sin que tu hermanito o el abuelo se entere, una penetración ávida y compulsiva en el baño bastará para estar satisfecho por el día. Cuando se tiene ganas, se tiene. Y es en el mismo lugar donde uno coge lo que tiene a la mano (literalmente).


Lugares que ponen. El escenario elegido para nuestro encuentro siempre será importante, pues prácticamente será otro personaje. Propondrá y brindará ideas para nuevos ritmos, posiciones, simetrías y por lo tanto comprensión y placer. Algunos ya forman parte del "Mile High Club" que es un término que se aplica a aquellos que han tenido sexo dentro de un avión en pleno vuelo, un lugar que todavía nos falta explorar. ¿Alguno ya lo hizo?

Si estas líneas te trajeron recuerdos o alumbraron anhelos, nos gustaría que nos cuentes cuáles fueron y, de esta forma, compartas tus experiencias o deseos. Puede ser aquella aventura sexual que aún guardas con cariño o una nueva que ya quieres llevar a cabo. O, simplemente, dinos, ¿cuál es el lugar más raro en donde tuviste sexo?

A nosotros nos gustan estos:

el estacionamiento de la universidad
el cuarto de tu enamorada/o
dentro del auto en la Costa Verde
con el auto en marcha
en un estacionamiento (sea dentro o fuera del auto)
en la montaña
en la arenas de una playa
en una laguna
en el baño de un pata
en el cuarto de un amigo
en un parque
en el baño de un establecimiento
en una discoteca
en la azotea
en un puente
en la sala
en el jardín
en la cocina
en una carpa en campamento
en la oficina
en el ascensor
en el bus interprovincial
en la calle con un extraño
en la combi
en el baño de la facultad
en las escaleras de un edificio
¿Tu donde lo prefieres ?


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